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Llorenç nació el 2 de febrero de 1908 en la calle Montserrat de Barcelona, en el seno de una familia humilde. A los 13 o 14 años se aficionó al boxeo e iba a entrenar en el Sporting Boxing Club de Barcelona. En el año 1921 pasó a formar parte del equipo de boxeadores tutelados por el mánager Josep “Pepe” Comas y, con 15 años, fue preseleccionado en la categoría de peso mosca, para el campeonato de Cataluña amateur en el que se proclamó campeón.
A partir de aquel momento comenzó su carrera de atleta dentro del boxeo participando en diferentes torneos en Barcelona y en Madrid. En 1924 formó parte del equipo español en las olimpiadas celebradas en París, donde en el combate de octavos de final fue descalificado debido, según la prensa de la época, a un mal arbitraje. Después de las olimpiadas parisinas siguió boxeando, en la categoría de peso gallo, hasta el año 1935 en que se retiró definitivamente.
Una vez retirado abrió una tienda de fajas ortopédicas en la calle Marimón 18, donde vivía con su mujer, Pilar Albiso. En esta época, como no tenía hijos, ayudaba en la crianza de tres sobrinos, hijos de su hermana Eulalia, que era viuda.
Ante la inminente llegada de las tropas franquistas a Barcelona, Llorenç se vio forzado a exiliarse a Francia por su condición de republicano y más aún sabiendo que pesaban sobre él acusaciones de que había pertenecido a los servicios de vigilancia de los considerados fascistas. El 23 de enero de 1939 marchó hacia Perpiñán, iniciando un itinerario que le llevó hasta Ruelle (Charente) donde llegó el 5 de abril con su mujer. Posteriormente fueron internados en el campo de refugiados, para exiliados españoles, de Les Alliers (Angulema) donde figuraba inscrito con el oficio de mecánico ajustador. Desde este campo escribió una carta a su hermana y a su sobrina en la que insinuaba que quizá no volverían a verse.
El 20 de agosto de 1940, salió de Angulema el primer convoy des de Francia con prisioneros civiles hacia un campo nazi. Estaba formado por 927 personas con la sospecha de que los devolvían a España. El viaje duró cuatro días infernales, pasaron calor, sed, hambre y miedo ante aquel destino incierto. El día 24 el convoy llegó a la estación de Mauthausen y los varones, mayores de 14 años, fueron obligados a descender del tren. Pilar y Lorenzo no volverían a verse nunca más. Las mujeres y los niños permanecieron en el tren hasta que volvió a ponerse en marcha con destino hacia la frontera franco-española donde fueron abandonados.
A Llorenç, en Mauthausen, le adjudicaron la matrícula 4074 y a pesar de ser un atleta, la dureza del trabajo, los maltratos, los abusos, el frío, el hambre, hicieron efecto en su cuerpo y en su ánimo. Según el superviviente José Alcubierre, compañero de transporte, Llorenç se rindió, dejó que su salud empeorase cambiando su comida por tabaco. El 24 de enero de 1941 fue trasladado a Gusen (nº el 9785) donde falleció seis meses más tarde, el 18 de junio de 1941.
http://boxeo1930s.blogspot.com.es/2012/11/llorenc-vitria-la-maravilla-del-ring.html
